Tarjetas de crédito y tarjetas de débito

¿Te has parado a pensar que cada vez es menos necesario llevar dinero efectivo en la cartera?. Despeja tus dudas sobre las características de las tarjetas de crédito y las tarjetas de débito. ¿Qué te parece si analizamos brevemente cómo han evolucionado a lo largo de la historia las tarjetas de crédito y débito?

Las tarjetas de crédito tienen sus orígenes en Estados Unidos, antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando varias cadenas de comercios y establecimientos emitieron las primeras tarjetas de crédito, ofrecidas como un servicio a sus clientes.

Poco tiempo después los grandes establecimientos se dieron cuenta de que era un sistema que podían utilizar de forma eficaz entre grupos de comercios u otros proveedores de servicios. Se anotaba la compra y se enviaba al departamento central de contabilidad, que se encargaba de enviar la factura al cliente para cobrar la deuda.

Diners Club en 1965 y, dos años después, American Express, se crearon exclusivamente con ese objeto: captar comerciales o proveedores de servicios por un lado y titulares de tarjeta por otro.

Los bancos vieron la oportunidad de obtener beneficios de este modo, y a finales de los años 50 dos grupos de bancos estadounidenses constituyeron sociedades emisoras de tarjetas de crédito: El National Bank Americard, que emitió la Bank Americard (en 1977 cambió su nombre a VISA), e Interbank Card Association, que creó la tarjeta MaterCarge (se convirtió en 1979 en MasterCard).

Estas dos sociedades emitían tarjetas para conceder crédito a clientes solventes y captaban comerciantes al por menor que aceptaban el pago mediante tarjeta. También introdujeron una mejora conocida como crédito renovable mediante el cual en lugar de pagar la cuenta de una sola vez a su recepción se ofrecía la alternativa de pagar un importe máximo solicitado y pasar el resto al mes siguiente. Sobre el importe pendiente se cargaban intereses. Los titulares de las tarjetas comenzaron a recibir créditos de las sociedades de emisión de tarjetas, ya que el pago podía distribuirse en varios meses.

Cuando las sociedades mencionadas invitaron a otros bancos de todo el mundo a unirse a ellas, las tarjetas de crédito se generalizaron y el método de pago de bienes y servicios que ofrecen se hizo enormemente popular.

Hoy en día el “dinero de plástico” es más que un medio de pago. No sólo utilizamos las tarjetas para comprar o sacar dinero, sino que detrás subyace toda una oferta de servicios que le dan un valor añadido como son los seguros de viaje, servicios de asistencia, información detallada de los gastos, posibilidad de periodificar o distribuir los pagos en el tiempo, aceptación universal, bonificación por volumen de compras y un largo etcétera.

Por otra parte, el avance del comercio electrónico en internet hace de la tarjeta el medio de pago de la red.

Tarjetas de crédito y débito

Tarjetas de crédito y débito

Clasificación de las tarjetas de pago

Según la forma de liquidación podemos clasificarlas en tres grupos:

Tarjetas de cargo o tarjetas de compra : Son aquellas cuyos importes se adeudan en una cuenta que se liquida generalmente con periodicidad mensual. Las emiten las grandes superficies comerciales.

Tarjetas de débito: Son las que dan lugar al cargo inmediato del importe de cada transacción realizado con la tarjeta a una cuenta corriente abierta a nombre del titular de la tarjeta ( por ejemplo, la tarjeta 4B).

Tarjetas de crédito: Son el soporte de un crédito concedido por la entidad al cliente. La existencia de este crédito hace que los cargos de las operaciones realizadas no se anoten automáticamente en la cuenta del cliente, sino que sean diferidos. Este crédito no tiene una duración definida, se va renovando constantemente.

Tarjetas VISA

Tarjetas VISA

Comisiones de las tarjetas de crédito

Comisión anual de emisión o renovación, asciende a un importe anual entre 20 y 30 euros. Muchas entidades bancarias las ofrecen de forma gratuita.

Comisión por retirada en efectivo en oficinas y cajeros que no estén incluidos en la red a la cual pertenece la entidad emisora de la tarjeta. En España hay tres redes principales a las que están adheridas la práctica totalidad de las cajas y bancos: Red 6000, Red Telebanco 4B y Servired. De este modo, si por ejemplo, disponemos de una tarjeta 4B y retiramos efectivo en un cajero o sucursal adscrita a Servired se nos cobrará una determinada comisión cuyo importe, dependiendo de la entidad y tipo de tarjeta, asciende al 2-2,5% o mínimo establecido por la entidad.

Peligros y ventajas de las tarjetas de crédito

La tarjeta de crédito es un elemento imprescindible en nuestra vida cotidiana. Ese trozo de plástico resulta útil para cualquier ocasión siempre que se use de forma correcta. Depende de nosotros lograr beneficios, incluido el ahorrar dinero, o un buen número de problemas. Es un arma de doble filo que hay que usar con sentido común y prudencia.

Desde muy temprano nos están tentando con las tarjetas de crédito, con la promesa de poder comprar lo que queramos y, en cuanto cae en nuestras manos la primera, damos buena cuenta del límite con el que nos favorecieron. Así que, cuando recibimos la factura en nuestro domicilio nos da el primer soponcio. ¿Cómo es posible: camisas, helados, cines, televisor, etc.? ¿Y ahora como pago esto?

Otros no caen tan pronto, empiezan con prudencia, no sobrepasan el primer límite que les pusieron, sobre unos 600 euros. Pero un día reciben una notificación de que puede gastar hasta 1.000 euros, y unos meses después la ve elevarse hasta los 3.000 euros. ¿Cómo es que tienen tanta confianza en mí? ¡Será que lo merezco, que me lo puedo permitir! Se empieza a gastar, a pagar a crédito, y al final llega la dificultad para hacer frente a la cuota mensual.

Así que lo mejor es usar la prudencia y el sentido común con las tarjetas de crédito para evitar meternos en un aprieto del que nos cueste salir.

Peligros y ventajas de las tarjetas de crédito

Peligros y ventajas de las tarjetas de crédito

Consejos para el buen uso de la tarjeta de crédito

  • Contrata como mucho dos tarjetas de crédito.
  • Realiza todo las compras del mes con la tarjeta, desde un periódico a una cadena de sonido, pasando por la compra del día, sin importar lo poco que cueste.
  • Eso sí, liquida cada mes el 100% de los que gastas, ni un euro menos. De ese modo consigues que te abonen intereses por el dinero que mantienes en cuenta corriente (procura que esté remunerada)
  • Lo más importante es no gastar más lo que se puede pagar en un sólo mes. Si sabes que puedes pagar 600 euros al mes, no gastes una peseta más. De hecho trata de gastar menos para poder ahorrar para alguna emergencia o gasto extra.
  • Consigue las tarjetas que te ofrezcan algún tipo de recompensa de manera constante, por ejemplo: que te abonen un porcentaje por el saldo dispuesto, y que tengan menor coste de emisión anual.
  • Sí recibimos ofertas de tarjetas de crédito con límites de disposición enormesno darles crédito“, esto es, medir cual es nuestra capacidad de gasto, y olvidar el que aparece impreso en el contrato que recibimos en casa.
  • La capacidad de crédito a plazos usarla para casos de excepción. Cuando el importe de la compra exceda la capacidad de gasto mensual y necesites pagar a plazos (por ejemplo: muebles para el cuarto de la niña)
  • No dejarnos impresionar cuando recibimos la notificación de que doblaron el límite de crédito, ya que eres un cliente con buen crédito y pagos cumplidos.
  • Para terminar, la moraleja es que hay que cuidar de que los compromisos que adquiramos no sobrepasen nuestra capacidad actual de pagos, sin dejarnos engañar con “futuras” capacidades de pago. ¿A quién le aumentan el sueldo y los ingresos de un año a otro?

Aplicando estos sencillos conceptos tendrás unas cuentas saneadas, una buena capacidad de ahorro y seguridad en tú futuro.

¿Cuántas tarjetas necesitas?

Este es un tema personal que depende, como casi todo, de los gustos de cada uno. Te encontraras con gente que despliega su billetera y extiende una impresionante colección de tarjetas de bancos, tiendas, supermercados… como si fuesen cromos. Sin embargo, otros únicamente utilizan una tarjeta, la misma para todo y los hay incluso que prefieren el pago en metálico y llevar en su bolsillo el dinero contante y sonante que puedan necesitar.

En cualquier caso, lo más recomendable es ser prudente en su uso y prácticos a la hora de decidir las tarjetas que necesitamos, por lo que es conveniente realizar una comparación crítica de la amplia oferta existente en el mercado, antes de decidirnos.

En general, casi todos asumimos que el “dinero de plástico” es una forma cómoda de gestionar nuestros pagos y cubrir las necesidades que podamos tener sin asumir el riesgo de llevar dinero encima. En ese caso, lo recomendable es contar, como mínimo, con una tarjeta de débito y otra de crédito. Son productos con características diferentes y que, por tanto, nos van a proporcionar servicios distintos y complementarios.

Cuando utilices una tarjeta de débito las operaciones se te cargarán en la cuenta asociada en el mismo momento de realizarlas, mientras que una tarjeta de crédito te permitirá diferir el pago. Entonces te preguntarás, en ese caso, ¿por qué no disponer únicamente de una tarjeta de crédito y pagar más tarde las compras que realice?

Bien, aunque depende de las características de la tarjeta, normalmente, al utilizar una tarjeta de crédito para retirar dinero en efectivo de un cajero te cobrarán una comisión por hacerlo, cosa que no sucede con las tarjetas de débito, si utilizas la red de cajeros a la que pertenezca tu tarjeta. Luego, entonces, para el dinero en efectivo que retiramos de los cajeros habitualmente, lo más recomendable es usar una tarjeta de débito.

Además, la comisión por emisión y renovación que se suele cargar por una tarjeta de crédito suele ser más alta que por una débito e incluso, en algunas entidades bancarias, la podrás disfrutar sin gasto.

Si a esto añadimos que las tarjetas de crédito disponen de un crédito mensual que te concede tu entidad de acuerdo a diferentes variables como el nivel de vinculación, tus ingresos, tus cargas, si tienes o no domiciliada la nómina con ellos… Es posible, que ese crédito no sea suficiente para cubrir todos tus gastos del mes, por lo que necesitarás disponer de otro medio de pago.

Eso sí, para las compras que necesites realizar si no dispones del importe necesario en ese momento o prefieres pagarlo más adelante una tarjeta de crédito es perfecta ya que te permitirá diferir su pago, hasta el día de cargo de todas las compras realizadas en el mes, que suele ser a principios del mes siguiente (cuando hayas cobrado) sin que tengas que asumir por ello ningún coste.

Además, con este tipo de tarjetas, podrás optar por otras posibilidades como pagar sólo un determinado porcentaje de lo gastado o una cuota mensual fija y aplazar el resto adaptándolo a las necesidades de tu economía, aunque en ese caso tendrás que pagar un interés, el cual puede variar considerablemente de una entidad a otra.

Te aconsejo que realices una búsqueda exhaustiva en el mercado comparando las tarjetas existentes, de débito y de crédito, puesto que observarás diferencias muy considerables tanto en las cuotas de renovación, como en los servicios que te ofrecen. Por ejemplo, te encontraras con determinadas tarjetas que te ofrecen seguros de accidentes, seguros por uso fraudulento, algunas de crédito te devolverán un determinado porcentaje de las compras realizadas o te ofrecerán puntos canjeables por regalos,… En fin, la imaginación de los departamentos de marketing no tiene fin, pero debes utilizar tu carácter crítico para seleccionar las tarjetas que realmente te convienen.

Comprueba tus tarjetas antes de salir de vacaciones

Seguro que te conviene revisar algunas de las ventajas y facilidades que tu banco te ofrece a través de tus tarjetas de crédito y de débito. Debes estar bien informado de los servicios de urgencia que podrían sacarte de un apuro en determinadas ocasiones.

Algunas entidades facilitan a sus clientes una serie de servicios de urgencia muy útiles en caso de robo o extravío de las tarjetas.

Por ejemplo, si se diera la situación de que nos roban o extraviamos la tarjeta, es posible que no nos demos cuenta de ello hasta unos días después.

En el mismo momento en que lo detectemos debemos llamar al banco y comunicarlo y en un instante se procederá a la cancelación de la misma de forma que el plástico queda totalmente inutilizado. Pero ¿Y si alguien la ha utilizado en ese periodo?

Tarjetas de crédito y débito

Tarjetas de crédito y débito

Tranquilo, normalmente las tarjetas cuentan con una franquicia. Esto quiere decir que tu responsabilidad se limita al importe que se haya concretado como franquicia y el resto correría a cargo del seguro. En el caso de atraco en el propio cajero es distinto, aportando la denuncia el seguro cubrirá desde la primera peseta.

Es fácil pensar que si nos roban se llevarían mi cartera con todas las tarjetas que he ido acumulando estos años. Para estas situaciones de emergencia tu entidad puede tener también un servicio adicional de cancelación de tarjetas que procederá a bloquear absolutamente todas las tarjetas que tengas registradas a tu nombre.

Además, si te has quedado sin dinero, pueden poner a tu disposición un medio de transporte para que de momento puedas desplazarte y te informarán del lugar más cercano para que arregles tus papeles y puedas seguir viajando.

¿Habías pensado alguna vez que podría ocurrirte algo de esto? Deseamos que no sea así, pero en el caso de que ocurriera ya sabes que tu banco no te dejará tirado. Infórmate en tu entidad antes de salir de vacaciones y viaja tranquilo.

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